Un sombrero deja de cumplir su función, la protección frente al sol, cuando se convierte en arte, en una escultura que decora las mejores casas españolas.
Las creaciones de Eliurpi (Elisabet Urpí) provocan admiración y asombro, preguntas acerca de su usabilidad en una fiesta o en un evento, pero sobre todo deseo de alcanzar esa moda “cápsula” de la que hoy todas las mujeres hablan.
Algunos solo son para una foto, esa que recordaremos toda la vida o la portada de una revista como la nuestra, imágenes de una exposición donde las luces, las sombras y los volúmenes crean una historia única.
Arrancaron hace algo más de 10 años, y desde el inicio sabían que debían de ser diferentes si querían destacar en las cabezas más reconocidas de nuestro país. Con precios que van desde los 500 euros, la lista de espera supera en muchas ocasiones el deseo de sus clientas, pero pocas son las que rechazan ser una de sus futuras propietarias.
Ala de madera pintada a mano con casco de paja, de paja natural con cinta «grosgrain», sus obras son experimentales, especiales, sin límites.
Alas inmensas que se pliegan sobre sí mismas, otras donde la madera inunda su esencia, o el metal permite reflejar todo nuestro esplendor. Sombreros que van unidos a los soportes donde descansan por unos pocos días hasta que la dueña viene a recogerlo (y que muchas veces le acompaña para formar parte de la decoración de su hogar».
Los modelos son tan sorprendentes como únicos, y muchos de ellos totalmente artesanales, en especial los grandes, donde el molde no existe y todo parte de la imaginación y las manos de sus creadores.