El doctor Darío Acuña Castroviejo, director del Instituto Internacional de la Melatonina, asegura: “la melatonina es fundamental en el control del estado de salud de cualquier ser vivo, animal y vegetal y, sin duda, puede ser de gran ayuda para el 48% de las personas que se calcula que sufren problemas de sueño”.
La doble identidad de la melatonina
El doctor explica que hay dos tipos de melatonina según donde se originen. La pineal es la que producimos de manera rítmica, con pico máximo por la noche, y cuya función es la de actuar como un mensajero de la oscuridad. Es decir, de ser la señal que advierte a todas las células del organismo de que ya es de noche y deben iniciar los procesos correspondientes. “Esta melatonina pineal está regulada por el reloj biológico, un conjunto de neuronas del hipotálamo que traduce el fotoperiodo en señales que permiten la síntesis nocturna de esta hormona”.
La segunda, la melatonina extrapineal, se produce en todas y cada una de las células del organismo y las protege de los daños que se puedan producir. “Su papel es principalmente antioxidante, evitando que, durante el metabolismo celular o por acción de tóxicos se produzca un aumento de radicales libres que dañe el ADN y las proteínas”, acelerando el envejecimiento. “Además”, añade, “activa las mitocondrias, responsables de la energía celular y regula la actividad del sistema inmunitario evitando una excesiva respuesta de éste”.
Así actúa a favor del sueño
La evidencia frente al insomnio está establecida desde hace tiempo. “Y existen consensos internacionales que indican que la primera pauta de tratamiento frente a una alteración del sueño es la melatonina.”, apunta Acuña Castroviejo.
Según explica el experto, “esta hormona (que es mucho más), tiene dos acciones principales: un efecto sedante por el aumento de la actividad de un neurotransmisor inhibidor llamado GABA, parecido al de las benzodiacepinas, pero sin procesos de tolerancia ni adicción. En segundo lugar, conforme aumenta la producción de melatonina se va reduciendo la temperatura corporal, llegando un momento en que junto el efecto sobre el GABA, es capaz de inducir un estado de somnolencia que predispone al sueño”.
Un suplemento apto para niños
Aunque se considera una hormona, “es mucho más que eso”, adelantaba el doctor: “sus propiedades la hacen fundamental en el control del estado de salud de cualquier ser vivo, animal o vegetal, pues se encuentra en toda la naturaleza y nos ha acompañado durante la evolución desde los organismos unicelulares hasta ahora”. Con la edad, se reduce su producción natural, disipando sus efectos cronobióticos y propiedades protectoras celulares. “Por eso, ante cualquier situación que se desvíe de la normalidad, incluyendo alteraciones del sueño y otras patologías, el uso de melatonina es fundamental”, sentencia. ¿Incluso en niños? “Como la melatonina tiene una vida muy corta, no se acumula en el organismo ni tiene efectos secundario, es un fármaco que se puede usar a cualquier edad”, zanja.
Un antioxidante con un futuro prometedor más allá de la almohada
El doctor Acuña tiene más de 30 años de experiencia en el estudio de la fisiología de la melatonina, su mecanismo de acción y su aplicación, además de en el insomnio, en patologías como la fibromialgia, la fatiga crónica, laepilepsia, la diabetes y otras situaciones que implican estrés oxidativo. Ahora, su equipo de investigación está estudiando los llamados genes reloj, los mecanismos de control de la melatonina que intervienen en el reloj biológico, y su relación con ciertas patologías como el Parkinson, la sepsis, el cáncer y el envejecimiento.
“Los genes reloj no solo regulan la producción de la melatonina, sino que tiene muchas funciones que la acompañan, relacionadas con la inflamación, estrés oxidativo y función mitocondrial. Y conociendo estas patologías podremos saber mejor cómo prevenirlas y tratarlas”.