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El mundo exclusivo del lujo

Entramos en el estudio taller de Ágatha Ruiz de la Prada

Tristán Ramírez Ruiz de la Prada, CEO de Agatha Ruiz de la Prada, nos ha abierto las puertas del estudio taller de la firma para darnos una nueva muestra de su personalidad única y optimista -valores que le convierten en el embajador perfecto del Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Plug-In Hybrid- y descubrirnos los entresijos de esta empresa ‘Made in Spain’ liderada por su madre.

“Nos unen muchos valores a Tristán, como la personalidad prestigiosa de este SUV, que nos encanta que le acompañe en su día a día al frente de Ágatha Ruiz de la Prada”

Antes de incorporarse a Agatha Ruiz de la Prada en 2018, nos cuenta Ramírez “trabajé en Inditex, en sus sedes de India y Pekín, estuve en Delhi tres años y medio y me encantó. De hecho, no me importaría volver».

De igual modo, nos reconoce que le gustaría regresar a Pekín, «donde también me tocó vivir, porque China me parece fascinante», asegura. Una época que no echa especialmente de menos y que, profesionalmente, es muy distinta a la actual –“Aquí, en Ágatha, se trata de trabajar estéticas que te hagan ilusión y, posteriormente, convencer a los demás de comprarlo. Es aportar emoción”.

La experiencia le dejó un amor por Asia que le llevó a embarcarse en una arriesgada aventura en moto por todo el continente.

Ramírez, que se fue de China porque le apetecía hacer un viaje de aventura de seis meses en solitario nos cuenta su aventura: “Estuve haciendo todas las provincias de China en moto y Asia Central -Kazajstán, Kirguistán, Tayikistán-. Y luego se me estropeó la moto, llegó el invierno, se cerraron los pasos de montaña… y tuve que abandonar. Pero la intención era llegar hasta Madrid”, asegura.

Para el madrileño, atravesar el desierto de Gobi y luego los Pamires fue una escuela para resolver problemas prácticos, “porque todos los días había mucha adrenalina, todos los días pasaban cosas: que te has quedado atascado en una duna, que tienes que sacar la moto, que te has quedado sin gasolina…”. Y este aprendizaje, explica, le ha resultado muy útil en Ágatha Ruiz de la Prada, donde colabora en proyectos muy variopintos, desde hacer un desfile en Marbella o Costa Rica a hacer cosas con prensa, hablar con licenciatarios, problemas prácticos como un aire acondicionado que se estropea… “Nunca sé lo que va a pasar. A veces hay que salir corriendo con el Citroën a encontrar un trozo de tela que necesitamos para un traje que nos han encargado. Y como somos un equipo muy pequeño, esos problemas los soluciona básicamente el que está más cerca. Y eso hace que sea divertido. Solucionamos problemas prácticos del día a día a la vez cosas más espectaculares, artísticas y estratégicas de la empresa”, sonríe.

Además, El CEO de Ágatha Ruiz de la Prada afirma que esta experiencia asiática le ha ayudado a conocer mejor su ciudad, Madrid, aprendiendo a apreciar lo que tiene cerca a un ritmo más pausado y con menos bullicio: “El lujo hoy en día es poder ir en silencio. Estos meses en los que he estado probando el Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Plug-In Hybrid, me ha parecido maravilloso poder darle a un botón y que se haga el silencio. Yo no soy un apasionado de los coches y con que me lleve de A a B, me vale. Pero me parece que los Citroën son muy prácticos. Este SUV, que lo ves desde fuera y es un coche súper cuadradote, utilitario, a mi la verdad es que me encanta. Te carga el móvil en una bandejita, se conecta tu bluetooth sólo con acercarte… y es un lujo en Madrid, porque al ser híbrido enchufable, te dejan aparcar en la calle, donde quieras, y dejarlo días”, explica.

Ramírez, incluso, asegura que su Nuevo SUV Citroën C5 Aircross Plug-In Hybrid le ha cambiado a mejor la forma de conducir:  “Recorres facilmente los 40 kilómetros de autonomía eléctrica 100% que son una gozada y dispones de hasta 55 kms. La sensación de no estar usando gasolina es maravillosa. La electricidad tiene un mix de renovables mucho mayor y poder reducir tu huella de carbono al hacer un recado, en un trayecto corto, es genial. Y en el día a día, te hace mucho más consciente, incluso te cambia la forma de conducir, porque al frenar regeneras la batería. Ganar porcentajes para la batería se convierte en un juego y es una forma de conducir más segura, ya que, al acelerar poco a poco para no gastar la batería y al frenar más despacio para regenerarla, conduces de una forma más civilizada”, concluye.

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