Conseguir unir los mejores sabores y los ingredientes más finos con el estilo distintivo y la estética elegante de Giorgio Armani, no es sencillo, pero el maestro lo ha vuelto a conseguir.
Inicialmente concebida para la tienda insignia de Armani en la Via Manzoni 31 de Milán, la oferta está ahora disponible en 15 puntos de venta en todo el mundo.
Los productos Armani/Dolci son una expresión pura de la tradición confitera turinesa, con énfasis en el uso de materias primas italianas como las avellanas de la región de Piamonte I.G.P., los pistachos de Bronte, la leche de los Alpes piamonteses, la menta piamontesa y el azafrán. Ofrecen un universo de sabores sofisticados y sorprendentes: bombones, drageas, jengibre y cáscara de cítricos recubiertos, tabletas de chocolate, discos de chocolate, cremas de chocolate, mermeladas, miel, tés, galletas y azúcar.
El diseño está en sintonía con el estilo Armani; sofisticado y discreto. Las cajas, en un delicado tono de oro rosa con un acabado de efecto metálico y el logo impreso en foil bronce, están unidas por una cinta de grosgrain color avellana con el logo de la marca.
La firma lanza colecciones especiales para las ocasiones más importantes: además de Navidad, San Valentín, Pascua y Ramadán, hay una edición limitada exclusiva para otoño.
El chocolate es producido por Guido Gobino Ltd., galardonado artesano que combina la tradición con un toque de innovación, uniendo creatividad, sabor y pasión para crear la más alta calidad de chocolates artesanales. La innovación proviene de una cuidadosa selección de materias primas, técnicas vanguardistas y experimentación ininterrumpida que busca lograr la más alta calidad.
Todos los productos pasan por todo el proceso de convertir el grano de cacao en chocolate, seleccionando solo los granos más fragantes y favoreciendo las variedades centro y sudamericanas, las más buscadas por sus ricos matices aromáticos. Aunque el procesamiento del cacao adopta técnicas modernas y mecánicas, aún requiere una notable cantidad de intervención humana, adaptándose al tipo de cacao, la receta y los tiempos de tostado, para preservar mejor la calidad y otros aspectos, garantizando la variedad de sabores y aromas típicos del chocolate artesanal.
